“Todo comienza con una conversación. En el momento en que hablas con alguien, deja de ser un desconocido”, afirma Juan Carlos Toribio Acebes, director ejecutivo y cofundador de Hablam Social Health.
Un origen con propósito social
La chispa de Hablam surgió tras ver el documental ‘The Social Dilemma’, que denunciaba cómo las redes sociales nos enganchan con dinámicas tóxicas y modelos de negocio centrados en la explotación de datos. “Queríamos usar la tecnología para lo contrario: conectar personas de manera sana y ética”, explica Juan Carlos Toribio, fundador y CEO de Hablam.
Esta inquietud se vio rápidamente alimentada por otra inspiración que llegaba del Ministerio de la Soledad en Reino Unido, una iniciativa pionera y exitosa que reconocía el aislamiento social como un problema de salud pública.
En plena pandemia, el proyecto fue seleccionado por Founder Institute, una aceleradora internacional, y ganó su edición local. Poco después llegarían reconocimientos como Innovaemprendedores 11, Frena la curva o Impact Social Cup, donde quedaron finalistas entre 400 proyectos.
De la idea a la comunidad
Hoy, Hablam cuenta con más de 1.500 personas registradas y alrededor de 500 usuarios residentes en Madrid activos en sus grupos de conversación y actividades presenciales. La dinámica es sencilla pero poderosa: alguien propone una actividad y cuando hay al menos cuatro personas interesadas, se realiza.
“Nadie va a quedar a solas con un desconocido. Siempre planteamos encuentros grupales, en lugares seguros como bibliotecas, centros culturales o deportivos. Allí la gente sabe que no les va a pasar nada y eso les da confianza para abrirse y participar”, asegura Juan Carlos Toribio.
En algunos casos, un facilitador de Hablam modera la tertulia o el grupo, pero la idea no es crear dependencia, sino dar a los usuarios la libertad de organizarse por ellos mismos y seguir creando y convocando experiencias.
Seguridad, confianza y tecnología ética
“La seguridad es una prioridad”, insiste Toribio. Por ello, antes de cada encuentro, los asistentes reciben información sobre quiénes participarán. “Sabes que vas a quedar con Juan, con Pedro, con María o con Ana. Todos están identificados. Eso genera un clima de confianza desde el principio”, explica Toribio.
La filosofía de Hablam se diferencia radicalmente de las grandes redes sociales, no venden datos ni buscan atrapar a los usuarios con algoritmos, según declara su cofundador. Su modelo de negocio se basará en suscripciones individuales y de corporaciones, con el fin de garantizar sostenibilidad y respeto a la privacidad.
“Queremos que la tecnología sea una caja de herramientas al servicio de las personas, no lo contrario. Nuestro plan no es maximizar beneficios, sino maximizar impacto”, resume Toribio.
Madrid como laboratorio de innovación social
La capital ha sido clave para validar la propuesta de esta iniciativa. El proyecto se ha incubado en Puerta Innovación, uno de los centros de innovación del Ayuntamiento de Madrid que les ha proporcionado numerosas oportunidades, conexiones y visibilidad.
“Estar aquí nos ha permitido crecer acompañados, compartir con otras startups y demostrar que Madrid puede ser un referente en innovación social”, señala Toribio.
Premios, apoyos y sostenibilidad
Además de los reconocimientos recibidos, Hablam cuenta con el apoyo de fondos de inversión internacionales como el canadiense Loyal VC, que ya les acompaña en su crecimiento, y el soporte de Amazon Web Services, que aporta infraestructura tecnológica.
A nivel interno, la startup ha podido avanzar hasta ahora gracias a la autofinanciación de sus socios. “Nosotros mismos hemos puesto el capital, y asumimos el riesgo. Pero los costes son bajos porque desarrollamos todo de forma interna por ahora”, explica el CEO de Hablam.
Próximos pasos
En cuanto a planes de futuro, “el objetivo a corto plazo es consolidar un modelo de servicio valioso que justifique una suscripción. A medio plazo, queremos escalar primero a nivel nacional, después europeo y finalmente internacional”, adelanta Toribio.
Aunque no descartan abrir una ronda de inversión para crecer más rápido, lo harán con un criterio muy claro: “Si buscamos inversión, será con grupos que compartan nuestra visión ética. No queremos perder independencia ni el propósito social del proyecto”, advierte Toribio.
Un futuro de conversaciones
Para Juan Carlos y su equipo, Hablam es mucho más que una startup: es un movimiento para redefinir la forma en que nos relacionamos. “En un mundo en el que los trabajos cambian, la tecnología avanza y pasamos más horas solos. Lo que nunca debería desaparecer es la capacidad humana de conversar, de empatizar y de compartir tiempo con otros. Eso es lo que queremos preservar y multiplicar con Hablam”, concluye el creador del proyecto.